VII- LOS OBJETIVOS DE LA EMPRESA

    Aunque se suela creer que la obtención de beneficios es el único, o por lo menos el fundamental, objetivo de toda empresa, en muchos casos los objetivos serán diversos en función de la clase de empresa de que se trate.

    Así por ejemplo algunas empresas públicas tienen como objetivo fundamental la prestación de servicios de forma cada vez más eficiente, otras, las tradicionalmente deficitarias la contención de sus números rojos, o una extinción pactada y pacífica. Las grandes empresas tenderá a maximizar su crecimiento a medio y largo plazo, la pequeña empresa procurará su supervivencia e independencia, etc.

    La definición más sencilla de beneficios es la determinada como diferencia entre ingresos y gastos.

• En teoría nos interesa la totalidad de los beneficios  que determinada empresa tendrá desde su constitución                  hasta su extinción, pero razones legales, fiscales, sociales, aconsejan la periodificación de los beneficios obtenidos por las empresas. De ahí que suela hablarse de beneficios anuales.

• Asimismo no es lo mismo hablar de beneficios brutos (antes del pago de impuestos) que de beneficios netos (después de pagar impuestos).

• Hemos de distinguir también entre beneficios ordinarios (los obtenidos por la empresa en el ejercicio de su actividad normal) y extraordinarios (los producidos por actividades no habituales de la empresa).

• Cuando hablamos de beneficios las cifras totales pueden inducirnos a error, es mucho más conveniente hablar de beneficios en tanto por ciento, como cociente entre resultados obtenidos y capitales invertidos.

• Las empresas gozan de cierta discreccionalidad a la hora de periodificar los beneficios como resultado de la consideración de gastos plurianuales como gastos de cada uno de los ejercicios (amortización y provisiones, entre otras partidas...).